jueves, 12 de febrero de 2009

DEXTER

DEXTER es la nueva serie protagonizada por Michael C. Hall.

A mí, en un principio, la premisa me parecía original, y que uno de los realizadores hubiera estado involucrado en "A dos metros bajo tierra", como era el caso de Michael Cuesta, me hacía pensar que, a priori, la serie podría ser cuanto menos interesante.

Pero no sabía cómo iban a tratar un tema tan complejo. El que fuera una mierda o una obra maestra -porque no creía que pudiera haber un término medio-, dependía de cómo trataran el tema y cuán interesante fueran los personajes.

Tenía miedo de llevarme una decepción. Debido a lo cual, tardé en verla. Cosa de la que me arrepiento. Pues, cuando decidí darle una oportunidad, me enganché. Quedé atrapado por el personaje de Dexter.

La serie lo tiene todo, y sobre todo tiene a Michael C. Hall, quien hace posible un personaje tan difícil como el que interpreta. Con cualquier otro actor, dudo que Dexter hubiera sido lo mismo.

Recomiendo verla en versión original, por dos razones fundamentales. Primero, porque Michael C. Hall es un actor fuera de lo normal y su interpretación es tan sutil que necesita tanto de su gesto como de su voz; y segundo, porque, como transcurre en Miami, muchos personajes hablan en español. Ah, y hay una tercera razón, dos de los personajes más interesantes tienen un doblaje que no les hace justicia.

Una serie imprescindible.

BABYLON 5, de Stracinsky -cinco temporadas y varías películas-.

Babylon 5 es una de mis mayores debilidades. No podré negar que tiene algunos altibajos, pero es una autentica pasada. Tiene unos diálogos dignos de ser memorizados, cargados de actualidad, sobre todo durante las reuniones diplomáticas a las que asistimos. Trata temas como el honor, la culpa, el destino, la humanidad, el perdón, la guerra... todo ello aderezado con kilos y kilos de space opera.

¡Un clásico de la ciencia ficción!

Un consejo, si veis la primera temporada y no os acaba de convencer, darle una oportunidad a la segunda, porque a partir de hay la serie comienza a tejer una trama increíble, plagada de épica y dolor.

THE WIRE, de David Simon -cinco temporadas-.

Esta serie nos cuenta el día a día de una unidad policial, creada, es proceso, para satisfacer los deseos de un fiscal demasiado ruidoso. Esta unidad policial pretende dar caza al hombre que controla el tráfico de drogas en Baltimore, frente a la oposición vedada de políticos y superiores —pues hay muchos intereses en juego—.

El episodio piloto me pareció flojo, y los dos capítulos siguientes mantuvieron el mismo lastre. Aunque siempre aparecían destellos de calidad, y cada episodio era bastante mejor que el anterior.

Eso, sumado a que estaba producida por la HBO -creadores de obras maestras como "Los Soprano", "Roma" y "A dos metros bajo tierras"-, me indujo a pensar que quizá sólo era una cuestión de rodaje.

Por fin llegó el episodio redondo que esperaba; y a partir de ahí, no pude parar.

Una serie capaz de captar la belleza que contemplan los ojos de un drogadicto desahuciado, sentado en un banco del parque, durante un día soleado, al mismo tiempo que nos trasmite la angustia y el dolor que sufre, merece ser vista.

Además, se une a la fiesta Tim Van Patten, quien ha dirigido los mejores episodios de “Roma” y “Los Soprano”.

Aviso para navegante: No se os ocurra verla doblada. Yo vi el piloto así, y ese fue uno de los motivos por los no acababa de convencerme. A partir del tercer episodios, pude verla en versión original subtitulada, y quedé fascinado con las interpretaciones.

CARNIVALE, de Daniel Knauf -Dos temporadas-.

Carnivale” la encontré tras horas buscando una serie que pudiera interesarme. Porque estaba viendo series muy realista y necesitaba algo de misticismo o irrealidad con la que poder nutrir mi cerebro.

Por aquel entonces, estaba leyendo cosas de Clive Barker y reencontrándome con el género de terror gracias a las noches insomnes y calurosas de verano, las cuales parecen exigirte que veas una peli de dicho género, así que la elección parecía lógica: Necesitaba una buena serie de terror.

Me paré a pensar y, como siempre ocurre, a partir de “A dos metros bajo tierra”, indagué en la filmografía de los guionistas y directores que participaron en la misma.

Pronto encontré que la HBO -panteón de las mejores series- sacó una serie ambientada en los años de la depresión americana, que no sólo era de terror, sino que contaba las andanzas de un circo de monstruos –un autentico Freak show- que vagaba por un país sucio, pobre y polvoriento. ¡¿Qué más podía pedir?!

Daniel Knauf —creador de la misma—, rodeándose de guionistas fantásticos, como Dawn Prestwich y William Schimidt, y un elenco de grandes directores; tales como Rodrigo García —“A dos metros bajo tierra”, “Nueve vidas” o “In treatmen”—, Jack Bender —“Perdidos” o “Los Soprano”— y Jeremy Podeswa —“A dos metros bajo tierra”- ha conseguido un serie de una excelente calidad.

El único pero que se le puede poner a este producto fantástico, es el hecho de que, debido a lo caro que resultaba rodar cada episodio, la HBO decidiera cancelarlo en la segunda temporada; provocando así, que el ritmo pausado y contemplativo de la primera temporada, el cual permitía que la trama principal se fuera desarrollando de forma natural, a medida que se profundizaba en los personajes gracias a las subtramas, se viera incrementado en exceso. Siendo la segunda temporada, terreno exclusivo de la trama principal.

Aún así, ésta es una serie muy recomendable, tanto para aquellos que disfrutan de series introspectivas, al estilo “A dos metros bajo tierra”, como para aquellos que buscan ambientes más psicodélicos y siniestros, a lo David Lynch —incluso sale Michael J. Anderson, actor fetiche de este genial director—.

FIREFLY, de Joss Whedon -catorce episodios y una película-.

Después de haber vuelto a ver los tres primeros episodios de la saga de Star Wars en DVD, y tras llevarme una gran decepción con la cuarta entrega de Indiana Jones, no me queda más remedio que desdecirme y reconocer que sí, efectivamente, la luz de George Lucas —quien para mí fue un visionario del séptimo arte—, se ha apagado hasta casi extinguirse.

En el caso de las nuevas películas de Star Wars, uno tiene que tragarse horas y horas de metraje para atisbar apenas unos minutos de la magia de la primera saga que se rodó. Y en la cuarta parte de Indiana Jones, la infamia alcanza cotas sangrantes, y más, si uno se entera de que George Lucas rechazó el guión de un excelente director y guionista, llamado Frank Darabont, cuya última película -La niebla- es un digno ejemplo de cómo hacer buen cine de entretenimiento, para ofrecerle el trabajo de guionista a un tan eficaz, técnicamente, como soso y falto de imaginación, David Koepp.

Os preguntaréis a qué viene esta introducción tan extensa, si nada tiene que ver con la serie de televisión en cuestión. Pues viene a cuento, y tiene que verlo todo. Me explico. Joss Whedon nos deja muy claro que él, y sólo él, hubiera sido el hombre adecuado para escribir y realizar los nuevos episodios de la saga de Star Wars. Basta con visionar esta serie, de la que estamos hablando, para darse perfecta cuenta de ello.

Firefly es una serie de televisión que tienen toda la emoción, diversión y aventura de la que carecen las nuevas películas de Star Wars. La serie dedicada a narrar las aventuras del comandante Malcom “Mal” Reynolds y su tripulación se asemejan a lo que hubiera sido una serie que contara las tropelías de Han Solo y Chewaka con su Halcón Milenario.

Así que si alguien echa de menos lo que sintió al ver la primera saga que se rodó, allá por finales y principios de los setenta y ochenta, que suba abordo de la "Serenity".

Ah, para finalizar sólo añadir que, como ocurre demasiado a menudo, los productores no tuvieron ninguna fe en el proyecto, desde un principio, y acabaron por cancelar el programa tras una única temporada.

Los acontecimientos narrados en la película Serenity suceden después del último episodio de la serie de televisión. No cometáis el error de verla antes.

"Wallander", protagonizada por Kenneth Branagh -tres capítulos-.

Un maravillo Kenneth Branagh se enfunda el rostro cansado, demacrado y enfermo de un policía escandinavo llamado Kurt Wallander.
No he tenido oportunidad de leer las novelas de Mankell -escritor del betseller suizo en el cual se basan los episodios-, asi que desconozco si las adpataciones de sus narraciones han sido fieles o no a los libros existentes. Lo que sí puedo asegurar, sin la menor duda. Es que la interpretación de Kenneth Branagh de Kurt Wallander es portentosa. Rica en matices, silencios y palabras. Lo que dota al personaje de una complejidad fasciante.
Las tramas detectivescas, aunque bien urdidas, pasan a un segundo plano, ante las emociones de un personaje que siente que su vida va a la deriva y no se siente con fuerza de luchar para evitarlo. Dicho esto, uno no puede más que quitarse el sombrero y disfrutar de los tres capítulos de aproximadamente 90 minutos de duración que existen por el momento.

Imprescindible verla en versión original subtitulada.