viernes, 9 de diciembre de 2011

The way of the exploding fist, versión Amstrad CPC 464

Cuando “Melbourne House” publicó en 1985 este videojuego de Karate, supuso toda una revolución. Hasta el momento, al menos en España, sólo se conocía una recreativa que utilizaba este sistema de lucha, la cual se valía de dos palancas para realizar los distintos movimientos y golpes.
La posibilidad de disfrutar de un juego similar en nuestros microordenadores de 8 bits, sin gastarnos dinero con cada nueva partida, provocó que este programa de lucha se convirtiese en un videojuego deseado por todos aquellos que nos pasábamos las tardes enteras pegados al teclado o aferrados al joystick.


Los gráficos son excelentes, de un realismo encomiable para la época, y la velocidad tremendamente ajustada y sobresaliente.
Los karatekas pueden realizar hasta 16 movimientos distintos; que en la actualidad pueden parecer pocos, pero que en los primeros tiempos de la informática resultaba sorprendente el rendimiento que los programadores le habían sacado a la memoria de las distintas máquinas para las que se hicieron versiones.

Este videojuego nos sumerge en el apasionante mundo de los combates en el tatami.

Para escribir estas líneas, volví a cargar el emulador de Amstrad CPC 464 en mi PC —como suelo hacer con todos los videojuegos que reviso, ya que a veces la nostalgia confunde nuestro criterio— y tuve que practicar bastante para recuperar cierta soltura y comenzar a ganar combates.

Pues como ya he mencionado en otros textos, ésta era una cualidad común en la mayoría de los videojuegos de 8 bits. Sí, se necesitaba dedicarle tiempo a los videojuegos, para poder hacerse con los controles y empezar a disfrutar de verás.

Por aquel entonces, se pensaba que mientras más difícil fuera un videojuego, mejor, porque el jugador tardaría más tiempo en acabárselo y amontonarlo en la estantería con las demás cintas, discos o cartuchos. El inconveniente de esto era que no existía la figura del probador de videojuegos, y en muchas ocasiones la dificultad resultante era excesiva. 

Cosa que no ocurre en este videojuego, donde una vez uno se adapta a los controles y a las reacciones de los personas, puede —y más a dos jugadores— disfrutar de los distintos combates de karate.


El mayor “pero” de este videojuego es que puede llegar a resultar algo reiterativo, pues todo se reduce prácticamente a combatir con tu contrincante.

Después de este “The way of the exploding fist”, el mercado se inundó de otros de temática similares; e incluso tuvo una segunda parte. 

De todas formas, si queréis un emulador gratis y no sabéis cual, mirad este enlace de los compañeros de Amstrad Esp -uno de los mejores sitios para saber más del Amstrad y donde podréis encontrar gran variedad de títulos clásicos y nuevos; sí, la escena retro está viva, aunque cada vez más parada en el caso concreto de Amstrad.



En caso, de que no sepáis o tengáis alguna duda o curiosidad al respecto, decidmelo en los comentarios, y os aclararé todo lo que esté en mi mano.

2 comentarios:

  1. Madre mía....qué recuerdos por favor!!!
    Como me lo pasé de bién con el Amstrad CPC 6128...

    Gracias por este blog...de verdad.

    santjust

    ResponderEliminar
  2. Gracias a ti, Santjust, por pasarte por aquí. Me encanta que mi nostalgia sea compartida. Te recomiendo que sigas visitando este blog, porque todavía quedan muchos juegos de Amstrad de los que hablar.

    ResponderEliminar