martes, 4 de septiembre de 2012

LAS AVENTURAS DE TADEO JONES, de Enrique Gato.


 TÉCNICAMENTE SOBRESALIENTE, PERO POCO MÁS.

Las aventuras de Tadeo Jones” es una película de animación que puede sacar pecho y tutear a cualquier producción venida de allende los mares, a pesar de las abismales diferencias de presupuesto y medios existentes entre esta película y las producciones de Hollywood; nada tiene que envidiar a la última propuesta fílmica nacida en los estudios Pixar, Dreamworks o cualquier otra productora dedicada a la animación digital en lo que se refiere a los apartados puramente técnicos.

La película, dirigida por Enrique Gato, está repleta de aciertos, como, por ejemplo, un personaje protagonista carismático y perdedor que bien podría haber parido la mente de JAN -prestigioso guionista y dibujantes de historietas que nos regaló la creación de uno de los iconos de la historieta: SuperLopez-; a quien el director de este filme homenajeó en su primer cortometraje de animación, un ejercicio sin paliativos de yo me lo guiso, yo me lo como, titulado: “Superlopez contra el robot de bolsillo”.

Tadeo es un zoquete de buen corazón, capaz de perpetrar heroicidades sin pretenderlo, quien ya había aparecido en un par de cortometrajes previos, dirigidos también por Gato. Su contrapartida femenina, Sara, no se queda a la zaga; jovencita de armas tomar, quien desborda una sensualidad poco acostumbrada en este tipo de producciones; lo que permite darle un toque picantón a alguno de los chistes visuales más logrados -siempre mostrados de soslayo o en segundo plano-; así como propiciar una escena romántica donde podemos ver un beso apasionado entre dos personajes animados. También podemos encontrar algo -poco, por desgracia- de mala leche en ciertas parodias y un “pseudohumor” negro blanqueado. Aparte, claro, de escenarios exóticos y monumentales recreados con un realismo sublime, cuya irrealidad solo se distingue por la presencia de los personajes con el aspecto caricaturésco marca JAN. E infinidad de guiños al cine de aventuras de los ochenta y en especial a la saga de Indiana Jones.

Nos encontramos ante una película interesante y necesaria dentro de la filmografía española, pero ni por asomo redonda. Los personajes secundarios están desaprovechados y resultan algo descafeinados en su mayoría -no en su diseño, sino en su desarrollo y diálogos-; ninguno de ellos acaba de ser tan graciosos como da la impresión que pretenden serlo, aunque haya alguna escena divertida y el producto final es lo bastante entretenido como para que guste a la mayoría del público y pueda verse con una sonrisa dibujada en la boca.

La pena es que da la impresión de que el temor a desagradar a algún sector del público, y que esto afecte a la taquilla, ha provocado que la película no oscile hacia el humor cafre -aunque sin obscenidades- y comedidamente gamberro de “SuperLopez”, ni tampoco hacia la aventura desenfrenada de las primeras tres películas de Indiana Jones, quedándose en tierra de nadie; es decir, no es una película que nos hará reírnos hasta la extenuación y tampoco nos hará clavar las uñas en los brazos de las butacas fruto de la emoción. Se deja ver, sin más.

Quizá por miedo al fracaso, los responsables de “Las aventuras de Tadeo Jones” no se atreven a salirse un ápice del patrón universal que parece haberse establecido a la hora de afrontar una película digital: canciones pegadizas; actores populares de televisión o cine poniendo voz a los personajes; diseños pensados para el merchandising; personajes secuendarios cargantes, que pretenden ser el alivio cómico del filme; acción trepidante, aunque de cartón piedra, donde no existe la percepción de verdadero riesgo y los protagonistas se enzarzan con los villanos en medio de escenarios más propio de un videojuego de plataformas que de una película; humor políticamente correcto -aunque aquí si se muestra más valentía, con algunas gotas puramente autóctonas-, por si acaso; argumentos tan fáciles de seguir como previsible; ciertas concesiones para poder vender el producto internacionalmente, como la secuencia del torero -graciosa, pero que ahonda en los insufribles tópicos-...
Pero estos no son defectos exclusivos de esta película, no nos llevemos a equívoco, sino que empieza a ser una peligrosa constante lo de nadar y guardar la ropa en las películas de animación; salvo horronsas excepciones, claro.

Esperemos que esta tendencia se corrija pronto, pues podría ser la losa que provocara que el talento existente en este mundillo digital quedase enterrado y sometido a los ferreos estudios de mercado; y no hay que olvidar que la animación -tanto la infográfica como la artesanal- nacieron con vocación de expresión artística.

Las aventuras de Tadeo Jones” no se salva de dicha tendencia, pero resulta un producto digno, que merece verse sin demasiadas pretensiones y que, visto así, a buen seguro puede disfrutarse por menores y adultos, como ya pasó con otra producción española: “Planet 51”.


 El mencionado corto de SuperLopez