lunes, 5 de diciembre de 2011

Fong Juk (Exiled), de Johnnie To.



Un indicador excelente a la hora de valorar una película, sin necesidad de poseer conocimientos técnicos, es constatar cuántas secuencias han quedado grabadas a fuego en nuestras mentes después de verla. Si no podéis quitaros de la cabeza una composición visual, un plano o una secuencia concreta, probablemente estéis ante un producto interesante.

Esta capacidad para contar las cosas de forma distinta a sus demás colegas y ofrecer momentos de puro cine, es una las cualidades más reseñables del director Johnnie To. Pues cada una de sus películas aglutina planos y secuencias inolvidables, capaces de poner el vello de punta a quienes las ven, y luego convertirse en recuerdos cinematográficos recurrentes. Todo ello sin olvidar la diversión.

Es increíble como Johnnie To, narrando historias tan sencillas como las que nos narra, puede dejar una marca indeleble en los espectadores. Pero el director hogkonés lo logra en cada nuevo proyecto que aborda. Y en “Exiled” riza el rizo, y la jugada le sale bien, siendo ésta quizá la mejor película del cineasta chino.

Nadie rueda como To. El director hongkonés ha logrado labrarse un estilo propio impresionante e inimitable. Convirtiéndose en un director de referencia, admirado, venerado y seguido por directores de la talla de Quentin Tarantino o Martin Scorsese, entre otros muchos.

El director hongkonés es capaz de manejar el tempo de sus películas de una forma deslumbrante; desnudar emocionalmente un personaje con un simple gesto, acompañándolo de un suave movimiento de cámara o ralentizando la acción; filmar la violencia con una frialdad extrema, o dotándola de una belleza épica, en función de las necesidades de la trama…

Un excelente plantel de buenos actores –habituales en las películas de Johnnie To-, como son Francis Ng, Suez Lam, Roy Cheung, Richie Ren, Nick Cheung, Josie Ho,  y dos bestias de la interpretación: Anthony Wong y Simon Yam; una dirección rotunda y épica sin fisuras; una banda sonora prodigiosa y un guión donde no sobra nada… ¡Qué más se puede pedir!

Los personajes son los mismos que los de otra interesante película del director hongkonés, titulada “The Mission”; y su cronología vital se sitúa aproximadamente seis años después del final de dicho film –también muy recomendable; como casi toda la filmografía del director, quien hasta cuando hace una romántica, suele ofrecer un producto más que notable.

“Exiled” es un alegato, hermoso, rotundo y cruel, sobre el significado de la amistad, el amor y la lealtad. Y qué mejor forma de narrarlo, que utilizar como protagonista a un grupo de amigos que deben enfrentarse a la peor de las circunstancias: entregar su propia vida o la de uno de ellos, a quienes todos aman como un hermano.

Tamaña diatriba, deriva en una trama de acción desenfrenada, donde se intercalan secuencias de calma tensa y equívocos, para desembocar en un cruento y épico final, donde los pistoleros se convierten en elementos escénicos de una brutal coreografía.

Una obra maestra con ecos del mejor spaghetti western, protagonizado por un grupo de ronins modernos… Imprescindible