Cientos
de naves enemigas. Una terrible batalla estelar. Tú contra todo un imperio.
Atrévete a pilotar una nave de combate y disfruta de uno de los mejores
“Matamarcianos” creados para los microordenadores de 8 bits.
Light Force
(1986) es un videojuego matamarcianos. Fue uno de los que más jugué en su momento y, tal
vez, mi favorito del género; aunque nunca gozó la fama de otros, como “R-type”
o “Terra Cresta”.
He vuelto a cargarlo en mi emulador de Amstrad, para escribir
este análisis, y me ha pasado lo mismo que me pasa con otros arcades, como, por
ejemplo, “Army Moves”. No sé cómo éramos capaces de pasarnos horas pulsando la
tecla de disparo —pues en este, al igual que otros— no vale dejar presionada dicha
tecla para disparar sin parar, y tirarnos horas así. Han bastado unos minutos
para que tuviera que dejarlo, porque me dolía el dedo a rabiar. Supongo que
será que, a principios de los noventa, me acostumbré a la calma de las
aventuras gráficas y, desde entonces, he jugado a pocos arcades del estilo mata-mata. Aún así, el videojuego es prácticamente
idéntico a como lo recordaba.
La nave tiene un atractivo diseño triangular. Las animaciones
de esta y los demás elementos que se mueven en pantalla están bien
definidos. Los escenarios son capaces de transportarnos al espacio. El diseño
de los enemigos resulta atractivo. El scroll es vertical y suave. La
perspectiva cenital. Los gráficos son bastante buenos. Los efectos sonoros
están logrados.
El sistema de juego es rápido, adictivo y —como era habitual en
los 80— demasiado difícil. Su elevado grado de dificultad es uno de los
pocos puntos negros de este fantástico videojuego; aunque recuerdo que, en su
momento, mi hermano y yo, si no nos lo acabábamos, poco nos faltaba. Jugado
hoy, apenas logro avanzar. Otra vez, será necesario no desistir y practicar,
para volver a recuperar la destreza mermada.
Para concluir, señalar que “Light Force” fue publicada en 1986 por
“Master Than Ligh”, compañía de la que un servidor no conoce más que este
videojuego. Los encargados de desarrollarlo, fueron Greg Follis y Roy Carter.
De todas formas, si queréis un emulador gratis y no sabéis cual, mirad este enlace
de los compañeros de Amstrad Esp -uno de los mejores sitios para saber
más del Amstrad y donde podréis encontrar gran variedad de títulos
clásicos y nuevos; sí, la escena retro está viva, aunque cada vez más
parada en el caso concreto de Amstrad.
En caso, de que no sepáis o tengáis alguna duda o curiosidad al respecto, decidmelo en los comentarios, y os aclararé todo lo que esté en mi mano.