lunes, 30 de enero de 2012

Barbarian, versión Amstrad CPC 464

"Tus manos rodean la empuñadura de piel. Tus ojos se clavan, feroces, en tu enemigo. Esperas a que él haga su primero movimiento. Ahora. Sientes el viento de la espada enemigo, y esquivas su mandoble, con suma destreza. Apenas roza tu piel. Entonces, aprovechas que ha bajado la guardia, giras sobre ti mismo, y descargas un poderoso golpe contra su cuello. La sangre sale a borbotones, mientras la cabeza de tu enemigo cae al suelo. Has vencido. Un rival menos, para rescatar a la hermosa princesa".

El videojuego fue desarrollado por la compañía “Palace Software”. En él, adoptamos la identidad de un fornido bárbaro y debemos vencer a varios oponentes para liberar a una hermosa princesa de las garras de un malvado mago. Argumento inspirado, claramente, en las historias de Conan.


Lo primero que llama la atención de este videojuego es la carátula, deudora también de Conan, y de todas sus imitaciones fílmicas —mayoritariamente italianas— que inundaron las pantallas, sobre todos las de televisión, gracias a los videoclubes de barrio, donde las alquilábamos embelesados por las impresionantes ilustraciones de sus portadas. En aquel momento, el género de espada y brujerías estaba en alza y existían multitud de productos relacionados con esta temática: cómics, dibujos animados, series de televisión, películas, juegos de rol, novelas, etc.

El motivo de la carátula en cuestión, no era otro que un bárbaro robusto, sosteniendo una espada enorme, y una voluptuosa mujer, semidesnuda, a sus pies, que servía como reclamo.


Obviamente, se levantó un buen revuelo, y tanto la carátula como el contenido del videojuego fueron vilipendiados y acusados de hacer apología del sexo y la violencia.


En lo que se refiere a la carátula, lo que más molestó, sin duda, fue que se tratase de una fotografía real —y no una ilustración—, y la mujer —del hombre poco se dijo, aunque apareciera en taparrabos— fuese una reconocida modelo inglesa, de abundantes pechos, a quien costaba encontrar el tejido que impedía que su desnudez fuera completa.


Por lo visto, en EEUU censuraron la carátula, y la cambiaron por otra menos “descarada”. En Alemania, ni eso; se limitaron a prohibir la distribución del videojuego, y a otra cosa mariposa.
Ahora parece absurdo que se levante tanta polvareda por una carátula así. Pero, por aquel entonces, lo explícito de la imagen, como el hecho de que hubiese decapitaciones en un videojuego, puso muy nervioso a los autoproclamados guardianes de la moral y defensores de la mente de quienes éramos tiernos infantes.


El componente sexual se limitaba a la imagen de la carátula. 
Como todas las polémicas absurdas, en poco tiempo, una vez salió a la palestra cualquier otro tema intrascendente con el cual poder polemizar, todo el mundo se olvidó del tema. Menos los aficionados a los videojuegos, claro, que disfrutamos, durante horas, emulando las hazañas de un bárbaro en nuestros microordenadores de 8 bits.

Todavía recuerdo la sensación de triunfo que sentías cuando lograbas dar un golpe tercero —aquel que giraba sobre sí mismo, mientras volteabas la espada por encima de ti— y la cabeza de tu oponente salía volando después de desprenderse del cuerpo, mientras salía sangre a borbotones de su cuello cortado y el cuerpo, decapitado, caía, de rodilla, para luego derrumbarse. 




Era la primera vez que en un videojuego existía una acción mortal, que permitía derrotar a tu enemigo de un sólo golpe. También recuerdo qué rabia daba, cuando era tu personaje el decapitado.


Barbarian es un videojuego de lucha, del estilo de “The way of the exploding fist”, sólo que los combatientes, en lugar de ser expertos karatekas, son aguerridos bárbaros, armados con espadas a dos manos.



Se puede jugar a dos jugadores, lo que, como ya he mencionado en otros videojuegos —“Match point”, “Target Renegade”—, multiplica el grado de diversión.


Los gráficos son de un considerable tamaño y de una calidad excelente. Los movimientos de los personajes están muy conseguidos. Los personajes son capaces de realizar multitud de movimiento.


Como puntos negativos —aunque no ensombrecen la calidad global del producto— se puede resaltar la poca variada de personajes, lo reiterativo de la acción y la escasez de decorados.


En definitiva, nos encontramos ante uno de los mejores videojuegos de 8 bits  de la época, sobre todo en su apartado gráfico.

Poco después, tras su espectacular éxito —se vendieron miles de copias; en parte, debido a la polémica que se generó—, llegaría una segunda parte, que no se limitaba al combate, sino que ofrecía dosis de videoaventura y nos permitía movernos por un mayor número de escenarios.

Años después, se realizó un esplendido remake, al que he tenido la fortuna de jugar, y quedar plenamente satisfecho; pero os hablaré de él en otro momento.



De todas formas, si queréis un emulador gratis y no sabéis cual, mirad este enlace de los compañeros de Amstrad Esp -uno de los mejores sitios para saber más del Amstrad y donde podréis encontrar gran variedad de títulos clásicos y nuevos; sí, la escena retro está viva, aunque cada vez más parada en el caso concreto de Amstrad.

En caso, de que no sepáis o tengáis alguna duda o curiosidad al respecto, decidmelo en los comentarios, y os aclararé todo lo que esté en mi mano.



2 comentarios:

  1. Pasé horas y horas con este juego, pero me temo que no ha debido de envejecer muy bien, y jugarlo ahora por emulador podría ser decepcionante...

    Saludos.

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  2. Pues no te creas, Jolan. Quizá sea uno de los que mejor aguanta el tipo. Y si no te atreves con él, existe un remake con muy buena pinta.

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