La humanidad ha estado a punto de extinguirse tras cruentas guerras entre sí, volviendo a un estadio primitivo. Los hombres y mujeres de la tierra comen lo que siembran o cazan. La civilización, a pesar de haber sufrido un vasto retraso tecnológico, parece encontrarse en una especie de Paraíso terrenal. Pero lo idílico puede llegar a su fin, si los invasores alienígenas logran esclavizar a la especie humana. No podemos competir en tecnología con ellos, sólo en valor y coraje. Y tú, has sido elegido para encontrar la armadura sagrada, penetrar en territorio enemigo y volar por los aires la nave alienígena. ¿Serás capaz de salvar a toda la humanidad del peor de los destino? La esclavitud. Atrévete a luchar: “Antiriad”.
La banda sonora de este videojuego me parece todo un portento, transmite la sensación de grandeza y misterio que envuelve a la historia, como si fuera la música de una gran producción de Hollywood. Ahora es habitual que las bandas sonoras de los videojuegos sean equiparables a las de las películas —incluso alguno de los mejores compositores componen indistintamente para ambos medios audiovisuales—, pero en aquella época, donde el sonido era tan deficiente y los recursos tan limitados, no solo en los videojuegos, sino también en el cine, resulta sorprendente cómo se las ingeniaron para crear una banda sonora que, aún hoy, pervive en la memoria de muchos aficionados.
Impresionantes gráficos para la época |
La imagen de la portada también ha
adquirido tintes iconográficos. A punto estuve, en la pasada “Retro Encounter” de comprarme una camiseta con la carátula estampada; ojalá me la hubiese
comprado, porque ahora tengo un regusto amargo. Pues la idea de este
videojuego, perfectamente reflejada en la carátula, es original cómo pocas.
En
“Antiriad” adoptamos el papel de un hombre prehistórico que debe enfundarse
una armadura tecnológica para impedir una invasión extraterrestre. La idea es
brillante y seductora. Y en su momento, revolucionaria. Recordad que estamos
hablando de finales de los ochenta.
La preciada armadura |
Pero
este videojuego no solo destaca en el apartado musical, sino que presenta un
aspecto gráfico envidiable. El personaje principal, vestido tan sólo con un
taparrabos, está definido y es de gran tamaño. El movimiento es algo
rudimentario, y jugado hoy, cuesta manejar los controles; sobre todo, cuando
tratamos de saltar hacia delante. El detalle de que nos defendamos de nuestros
enemigos, a pedradas, hasta, claro, conseguir la armadura, le da un mayor
encanto a este clásico de los 8 bits. El diseño de los enemigos es algo tosco y
reiterativo, no dejan de ser meros robots, en su mayoría. Jugado ahora, como ya
he dicho, me resulta difícil, pero, en su momento, no tuve esa impresión.
El
videojuego es de la misma compañía que desarrolló “Barbarian: el guerrero
definitivo”, de ahí que no extrañe la calidad gráfica y el buen hacer en sus
animaciones; lastima que, como dije, el movimiento de nuestro personaje sea
algo lento y brusco. Aunque, probablemente, analizado hace más de veinte años,
mi opinión sería más favorable en lo que se refiere a los controles. Pues lo recuerdo como un juego de movimientos fluidos y "realistas". Me encantaba como lanzaba las piedras nuestro prehistórico personaje.
En “Antiriad” se
mezclan elementos puramente arcades con un sistema de juego emparentado
con las plataformas; incluso tiene cierto aire de videoaventura.
Los fondos son
sencillos, pero consiguen transmitir la atmósfera que necesita cada uno de los
escenarios que recorremos.
“Antiriad” es otro
de aquellos videojuegos que entrarían, sin el menor género de dudas, en mi
lista de los mejores videojuegos que se hicieron para los microordenadores de 8
bits, junto con “Ikari Warriors”, “Batman”, de Ocean; “Match day II”, etc.
Amstrad CPC 6128 |
De todas formas, si queréis un emulador gratis y no sabéis cual, mirad este enlace
de los compañeros de Amstrad Esp -uno de los mejores sitios para
saber más del Amstrad y donde podréis encontrar gran variedad de
títulos clásicos y nuevos; sí, la escena retro está viva, aunque cada
vez más parada en el caso concreto de Amstrad.
En caso, de que no sepáis o tengáis alguna duda o curiosidad al respecto, decidmelo en los comentarios, y os aclararé todo lo que esté en mi mano.
En caso, de que no sepáis o tengáis alguna duda o curiosidad al respecto, decidmelo en los comentarios, y os aclararé todo lo que esté en mi mano.
Sí, yo también sentí esa especie de explosión emocional cuando conseguí que el personaje se fundiera con la armadura. Una armadura con pinta de robot disparando y volando -casi como silevitara-, qué más se puede pedir con con 8 o 9 años -sino menos.
ResponderEliminarAl respecto del C64 tengo que decir que era un ordenador que me fascinaba físicamente, y todavía recuerdo mi frustrada experiencia con él. Un vecino mío tenía uno -aunque estaba bastante desencantado porque sólo tenía un juego o dos, y era el único con ese sistema (Amstrad CPC había alguno más, pero no como Spectrum, que todo el mundo que conocía tenía uno)-, así que cuando consiguió un juego nuevo, me llamó para que subiera a su casa y lo probáramos. El juego no cargó, y nunca más volví a subir a su casa para jugar al C64; luego, se marchó del barrio y nunca más supe de un C64. Por eso, me hizo especial ilusión ver uno en la pasada Retro Encounter.
Sí, yo también sentí esa especie de explosión emocional cuando conseguí que el personaje se fundiera con la armadura. Una armadura con pinta de robot disparando y volando -casi como si levitara-, qué más se puede pedir con con 8 o 9 años -sino menos.
ResponderEliminarAl respecto del C64 tengo que decir que era un ordenador que me fascinaba físicamente, y todavía recuerdo mi frustrada experiencia con él. Un vecino mío tenía uno -aunque estaba bastante desencantado porque sólo tenía un juego o dos, y era el único con ese sistema (Amstrad CPC había alguno más, pero no como Spectrum, que todo el mundo que conocía tenía uno)-, así que cuando consiguió un juego nuevo, me llamó para que subiera a su casa y lo probáramos. El juego no cargó, y nunca más volví a subir a su casa para jugar al C64; luego, se marchó del barrio y nunca más supe de un C64. Por eso, me hizo especial ilusión ver uno en la pasada Retro Encounter.